Probablemente no hayáis oído hablar del efecto nocebo.
El efecto nocebo es el culpable de que algunas personas sufran efectos adversos al recibir un tratamiento solo porque lo esperan de antemano.
«Nocebo» es un adjetivo que utilizamos para calificar las respuestas o reacciones dañinas, desagradables e indeseables que manifiesta un paciente cuando se le administra un compuesto que es farmacológicamente inactivo. Son respuestas corporales, emocionales y cognitivas negativas que no están generadas químicamente (como resultado directo de la acción del fármaco), sino como consecuencia de las expectativas pesimistas propias del paciente, al pensar que el fármaco le va a causar efectos dañinos, dolorosos y desagradables.
Son respuestas corporales, emocionales y cognitivas negativas que no están generadas químicamente, sino como consecuencia de las expectativas pesimistas propias del paciente
Por ejemplo, en un ensayo clínico, los pacientes que no reciben el tratamiento activo pero a los que se les dice cuáles son los posibles efectos secundarios del tratamiento activo, a veces tienen los mismos efectos secundarios que los pacientes que reciben el tratamiento activo solo porque esperan tenerlos.
Curioso, ¿verdad?
Lo estamos viviendo con la vacuna de la covid. Una persona de mi entorno laboral estuvo pensando en todos los efectos secundarios que podía producirle la vacuna que le iban a poner al día siguiente. Todos los efectos que había visto, oído o leído en los medios de comunicación.
En realidad no solo lo pensó, sino que lo expresó y esta experiencia es la que me ha motivado a escribir este post.
No le alivió pensar que yo, por ejemplo, apenas tuve dolor en la zona de inyección, y que con la segunda dosis no sentí absolutamente nada, de tal forma que incluso he llegado a pensar que no me habían vacunado.
No prestó atención, estaba obsesionada con lo negativo. Al día siguiente de la vacuna no acudió a trabajar. Estaba “cantado” que se iba a encontrar mal después de recibir la vacuna.
Sufrió el efecto nocebo.
Factores como las expectativas, las creencias, la mayor atención corporal, la sensación de amenaza y el procesamiento emocional juegan un papel muy importante en la producción del efecto nocebo.
En general, existe más conocimiento del efecto placebo
El efecto placebo supone todo lo contrario: referir una mejoría de los síntomas con un tratamiento, cuando ese supuesto tratamiento no lleva ningún ingrediente químico activo.
Por ejemplo, en un ensayo clínico, los pacientes que no reciben un tratamiento activo pero a los que se les dice cuáles son los posibles beneficios del tratamiento activo, a veces tienen los mismos efectos beneficiosos que los pacientes que reciben el tratamiento activo solo porque esperan tenerlos.
El efecto placebo no siempre se debe a la toma de una sustancia inerte. A veces también la gente experimenta beneficios con medicamentos comunes, como analgésicos, antidepresivos, somníferos, remedios naturales… como parte de una respuesta placebo.
Las áreas cerebrales implicadas en ambos efectos son prácticamente las mismas y los estudios realizados en este campo demuestran que las expectativas están relacionadas con el precio: cuanto más caro es el producto, más efecto nocebo o placebo.
La palabra placebo deriva de placere (complacer, mejorar) y la palabra nocebo de nocere (causar daño)
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Fotografía de Tom Pumford en Unsplash