Una de las características propias de la profesión médica es que la gente te acaba contando sus problemas de salud aunque no tuviera la intención de hacerlo.
Esto le pasó a Pedro que en nuestro primer encuentro este verano, me contó que desde hacía 7 años estaba luchando contra un cáncer, un cáncer poco frecuente y con pocas soluciones terapéuticas. La función de su hígado es del 30%, pues está lleno de metástasis.
Fuimos cuatro los que le conocimos esa noche, y al salir de su casa lo que comentamos no fue lo bonita que era y lo delicioso de la cena con la que nos había deleitado, sino su temple, el cómo vivía la vida con normalidad a pesar de que se le acababa. Su brillo nos deslumbró.
Y pensé en la esclerosis múltiple.
Tener esclerosis múltiple no es una sentencia de muerte y hay que intentar que no sentencie la vida
Me preocupa que los médicos podamos contribuir a enfermar a los pacientes. Tantas visitas, tantos análisis, tantas pruebas complementarias, cuestionarios, propuestas de tratamientos inmunosupresores con sus efectos adversos, participación en ensayos observacionales y en ensayos para investigar nuevas medicinas, nuestro vocabulario…
Creo, y me produce tristeza, que los sanitarios podemos ser una fuente de angustia para vosotros, alteraros la calidad de vida y haceros quedar demasiado dependientes del sistema sanitario.
He leído un titular que dice que los españoles de ciudades perciben mejor su salud que los de las zonas rurales. No estoy de acuerdo.
Los que viven en entorno rural pueden sentir que están menos protegidos sanitariamente por vivir alejados de un hospital o cerca de hospitales con menos recursos tecnológicos, pero los que viven en las ciudades están demasiado preocupados por su salud, entran rápido a ser visitados por considerarse anormales procesos naturales de la vida, y comienza la tecnificación y la medicalización.
Ser visitado en un hospital académico, que se sustenta sobre todo en la enseñanza y la investigación, de verdad que puede resultar peligroso.
Pero también está la otra cara de la moneda. Muchos de vosotros pensáis que yendo al médico y usando el sistema de salud vais a conseguir vivir mucho mejor. La sociedad también tiene que reflexionar sobre ello.
No soy capaz de imaginar la medicina del futuro, pero me gustaría que hubiera un viraje hacia la epidemiología, hacia el estudio del por qué se producen las enfermedades y a no seguir aceptando que existen como si fuera algo irremediable, y que no se siguiera tirando dinero en fármacos para cronificarlas en vez de invertirlo en estudios para prevenirlas.
¿Hasta cuándo vamos a seguir ignorando que alterar la biología humana puede suponer más un riesgo que un beneficio para la salud?
Puedes ponerte en contacto conmigo para resolver dudas sobre tu caso concreto mediante consulta online o presencial en Barcelona.
Fotografía de Anderson Rian en Unsplash
De forma involuntaria, puede que sí.
Como bien dice,cuando llega alguna novedad,tal vez se incorpore con demasiada diligencia sin saber a ciencia cierta cómo actuará ese nuevo fármaco que además crea en el paciente unas expectativas, que en demasiados casos frustran a la persona por que no les ofrecen lo que de ellos esperaban o le producen daños que antes no tenía ,debido a la gran cantidad de contrindicaciones.
El caso de Pablo es para enmarcar y digno de todos los elogios, pero claro, no existen muchos Pablo.Auque a falta de Pablo están los familiares más cercanos que no es que lo vayan a curar, pero por propia experiencia, con una actitud positiva, trabajo diario, hacen mantener el brillo en esa persona.
El tema de tantas prueba,tratamientos, etc El paciente los trata de llevar bastante bien pues se las.. ha prescrito su especialista en el que pone todas sus esperanzas. A veces se siente como conejillo de indias, pero habrá que probar ¿ y si acertamos?. En caso contrario y no viendo los resultado que esperabas, te vienes abajo y te planteas si merece la pena tanto esfuerzo.
La clave está en llegar a saber el porqué se producen las enfermedades,pero para eso hace falta mucha inversión en investigación y dejar de nutrir ala empresa farmacéutica.
La EM no mata pero tampoco te deja vivir.
Luego están esas visitas tan cronometradas, tan mecánicas: deberían ser más distendida y cálidas ya que un poquito de conversación es más efectivo que un fármaco.
Perfecta conclusión. Soy médica psiquiatra y siempre escucho a mis pacientes sin hacer distinción entre un privado o uno de prepaga u obra social. Nunca atiendo cada 15 minutos como hacen las clínicas con las citaciones médicas. Prefiero ejercer mi libertad profesional. Y me ha dado muy buen resultado, la gente necesita que la escuchen. Que le expliquen lo que tiene y le enseñen el devenir de su enfermedad si es que la hay. Relación médico paciente, importantísima. Saludo cordial
Gracias Ana
Cómo me gusta leer esto, muy buen trabajo y humano, gracias por ser así.
Ana, cómo me gusta leer tu comentario, eres muy humana y muy buena en tu trabajo.
Felicidades y gracias por ser así.
Ana, cómo me gusta leer tu comentario, eres muy humana y muy buena en tu trabajo.
Felicidades y gracias por ser así.