Como probablemente sabéis, la neuritis óptica suele ser una manifestación inicial de la esclerosis múltiple (EM). Para saber si un paciente con una neuritis óptica llegará a desarrollar una EM procedemos a hacer resonancias magnéticas (RM) cerebrales periódicamente, y si detectamos que van apareciendo nuevas lesiones en ellas podemos decir que esa persona tiene EM.
En un artículo publicado en 2015 (Permeability of the blood–brain barrier predicts conversion from optic neuritis to multiple sclerosis) los autores demuestran con unas secuencias especiales de resonancia magnética (RM), que hay zonas de inflamación en el cerebro que no son detectadas en las secuencias de RM que utilizamos en la práctica clínica habitual.
La barrera hematoencefálica es una barrera dentro del cerebro, que evita que pasen sustancias tóxicas a él, y también linfocitos que ataquen al cerebro. Si la barrera hematoencefálica está rota se pierde su protección, y los linfocitos pasan e inflaman el cerebro, produciendo las lesiones típicas de la sustancia blanca.
Según los autores, el paciente de la figura 1 no desarrollará EM en 2 años, y el de la figura 2, sí. La diferencia son los círculos rojos de la figura 2, que no están presentes en la figura 1. Los círculos rojos representan zonas de permeabilidad de la barrera hematoencefálica por los que han pasado los linfocitos que dañan la mielina de la sustancia blanca, que se ve de apariencia normal en las secuencias convencionales de RM.
Lo que quiero transmitiros con este post es que se sigue investigando en el campo de la resonancia magnética, que es la prueba más importante que tenemos para diagnosticar y hacer seguimiento de la EM.
El conocimiento y tratamiento de la patología cerebral vascular (Ictus), ha mejorado espectacularmente gracias a la utilización de variados tipos de secuencias que permiten conocer mucho mejor lo que está ocurriendo en el cerebro. En EM estamos siguiendo el mismo camino y no debemos dejar de insistir en la importancia de hacerlo para seguir avanzando en el diagnóstico y tratamiento adecuado de la enfermedad.
La Resonancia Magnética, siempre me ha parecido un instrumento muy positivo, que permite de una forma muy precisa, conocer los distintos momentos de la Enfermedad. Si se puede mejorar, para ser más , exactos, bienvenida sea. Una vez más, nos transmites positividad e interés porque » la investigación no para» y lo mejor, nos lo vás a contar. Gracias
Muchas gracias Charo