Hace ya un tiempo vi una película que refleja la historia de un paciente con demencia tipo Alzheimer y la de su hija, que es su principal cuidadora. Se titula El Padre y es una película franco-británica dirigida por Florian Zeller, por la que Anthony Hopkins recibió el Oscar al mejor actor en 2020.
Como neuróloga he de decir que me ha gustado mucho. A veces resulta muy confusa con los cambios de personajes, objetos de la casa y lugares, pero finalmente se acaba aclarando cuál es la situación real.
Es una película vista desde la perspectiva de la mente del paciente, que creo se adapta bien a la realidad de lo que padece una persona con una demencia tipo Alzheimer o demencias degenerativas afines. También creo que refleja muy bien el sufrimiento de la familia, en este caso de la hija.
A pesar de la temática me parece que no es triste o desagradable de ver.
Probablemente sabréis que existen diferentes tipos de demencia.
Según he leído, el padre de Anthony Hopkins padeció demencia, por lo que sabía de primera mano por lo que pasan un paciente con esta enfermedad, su familia y cuidadores. Él, a pesar de ser un familiar de primer grado, no parece haber heredado la probabilidad de padecerla, pues tiene 83 años y ya vemos cómo está.
El protagonista de la película es un paciente que disfruta de muy buen status económico, lo que ayuda mucho, si bien no es lo más frecuente. Cómo cuidar de un familiar con esta enfermedad u otra discapacidad es un problema enorme que está sin resolver y no hay influencers que conciencien a la sociedad y a los políticos sobre el tema. Como no se habla del tema parece que no existe, pero es una de las principales causas de divorcio, distanciamiento con hermanos y familiares, y de remordimiento personal por no poder dar el cuidado directo, o indirecto a través de buenas residencias.
No se ve en la película que el paciente reciba terapia de estimulación para la memoria y ejercicios mentales. Muchos de estos pacientes se niegan. No obstante, el beneficio a largo plazo de estas terapias a mí no me queda claro. De lo que se benefician los pacientes al ir a estas terapias es de la socialización, y los cuidadores tienen un respiro al llevarlos a los centros de día, aspectos importantes sin duda.
Parece mentira pero no existe un tratamiento para prevenir las demencias degenerativas ni para frenar el avance. Se prescriben medicamentos que ayudan con algunos síntomas de la enfermedad y pueden mejorar la calidad de vida en las primeras fases, pero acaban perdiendo su utilidad. Lamentablemente no se suelen retirar y se pierden recursos. Hay evidencia también de que el aducanumab, el nuevo medicamento aprobado para el Alzheimer, no tiene eficacia demostrada. Estoy muy de acuerdo con lo que expresa el Dr. Juan Gérvas en su post. Os aconsejo su lectura.
Sí que hay medicamentos efectivos para controlar los trastornos de conducta.
Estoy segura de que la mayoría de los familiares de una persona con demencia degenerativa en fase de dependencia preferirían que el dinero de la medicación se invirtiera en mejorar la contratación de un cuidador, la calidad de las residencias o la prestación de auténticas y precoces ayudas sociales.
Los que me seguís ya sabéis que opino que hay una hipermedicalización. Los fármacos antidemencia, como tantos y tantos fármacos para otras enfermedades, no solo neurológicas sino de todo tipo, sirven para acallar conciencias porque lo que realmente se necesita no podemos o no sabemos darlo ni como individuos, ni como profesionales, ni como sociedad.
Buenas tardes
Aún no hemos visto la película, pero hay una cosa muy clara sobre los medicamentos, que si no hay certeza de su eficacia, para qué seguir enriqueciendo a las farmaceúticas y envenenando al paciente.
Coincido con que ese dinero se invierta en mejor asistencia en general, que eso sí es efectivo.
El afecto sí que es un fármaco comprobadamente eficaz en todos los casos y enfermedades
Mi madre tuvo Alzheimer de los 61 a los 73 años que falleció. Su enfermedad creó mucho sufrimiento en toda la familia. Por ello me resistía un poco a ver la película. Pero al final me atreví y me encantó. Al principio cuesta un poco de entender las situaciones. Pero a medida que avanza la película ya entiendes que todo el argumento está hecho desde la perspectiva del enfermo. Me pareció muy interesante. Y como dice la Dra Ramo no es triste, más allá de los recuerdos que nos puede reavivar a algunas familias que lo hemos vivido. Os la aconsejo
No he visto la película, pero la veré. Estoy de acuerdo sobre tu crítica al exceso de medicación, con resultado negativo. Me ha sorprendido tu actitud sobre los ejercicios de estulación de la memoria y otros aspectos cognitivos. Yo noto sus efectos positivos, cuando los realizo y negativos, cuando los dejo», siempre por problemas de salud: COVID-19, sesión de Rituximab….